MICHAEL
DE MONTAIGNE
Historia general de la Pedagogía
LARROYO, Francisco.
Para Montaigne, la educación de su tiempo adolecía de
graves vicios, era libresca, llena de pedantismo, alejada de la vida y propensa
a sancionar a los niños con castigos
corporales. Esto nos da a entender que era una educación rigurosa es decir que era una clara muestra de la
educación tradicional en donde el docente tenía el poder y todo el conocimiento, y en donde los alumnos
solo eran entes pasivos, los cuales estaban propensos a ser sancionados por
tratar de intervenir en un espacio en el que no les correspondía participar.
Por libresca entendemos a esa educación basada en libros
y solo en memorizar la información que se proporciona e tal. El alumno debía de
interiorizar esa información para
aplicarla solo en sus exámenes.
Llena de pedantismo, decimos esto pues aquí era el
docente el que era el centro de todo el proceso de enseñanza aprendizaje y por
ende era el que más sabía el que más libros se había memorizado y que se lucía
y se alzaba por poseer tales conocimientos, pero esto obviamente no era una
razón para ser pedante sino para ser criticada sobremanera, decimos que debe de
ser criticada ya que memorizar no implica conocer.
Era una educación alejada de la vida pues como ya se ha
mencionado solo se buscaba que el alumno memorice para sus exámenes, también se
mencionó que memorizar no implica conocer y es por esto que lo que memorizaban
estaba lejos de ser aplicado en su vida pues obviamente no podían aplicar algo
que solo les servía para resolver los exámenes planteados por sus docentes.
Educación propensa a sancionar a los niños con castigos
corporales, esta era una estrategia que usaban los docentes tradicionales con
el fin de amedrentar a sus alumnos para
que así con el miedo a flor de piel, se preocupen por seguir en su proceso de
memorización. Además era catalogado como el castigo “bueno” que hará comprender
al alumno que el no hacer la tarea, está mal y que tal acción “mala “ debe de
ser sancionada de esa manera.
Montaigne critica severamente esa educación y plantea un
ideal de hombre, al cual denomina “hombre mundo”, este nuevo “tipo” de hombre será aquel que es
formado bajo un proceso educativo diferente al que él estuvo expuesto, es por
ello que plantea un nuevo objeto para la educación, el cual es “formar al
hombre completo en cuerpo y alma; el hombre que conoce el difícil arte de vivir
la vida”
Para conseguir esto se debe de:
Educar el juicio del alumno, más que llenar su cabeza de
palabras; aquí nos indica que los educandos deben de poner en juicio todo aquel
montonal de información y conocimiento que reciben en sus respectivas
instituciones educativas, es decir que deben aprender a enjuiciar todo aquello
que crean necesario, esto permitirá que activen su capacidad de criticidad.
Motivar al alumno a ser partícipe de su propia formación,
y cómo logramos esto, pues haciendo que opinen y que juzguen lo que expone el
docente, este no será el único que conozca ni mucho menos el único que hable.
Los educandos deben de participar en la clase, de manera constante, realizando
preguntas, comentando y acotando alguna información que ellos, por su lado, han
obtenido.
Además:
Si bien es cierto investigar es algo muy bien, que el
alumno lea y relea muchos textos, tesis e información relacionada con el tema
que está investigando también lo es, pero no se quiere que en su trabajo de
investigación solo copie y pegue esa información, es decir que simplemente la
reproduzca. Lo que se busca es que el alumno, al revisar cualquier cantidad de
material bibliográfico, vuelva a plantear esa idea pero usando sus propias
palabras es decir que a partir de lo investigado, “fabriquen” sus
propios conceptos y que, como en términos coloquiales e puede manifestar,
obtengan su “propia cosecha”.
Asimismo nos dice que los métodos utilizados en el
desarrollo de la clase deben de estar orientados a despertar el carácter participativo de los
discentes, esto implica que en el salón de clase se dé una interacción entre
los agentes participativos.
El buen estado físico del hombre es imprescindible para
que este esté presto a adquirir los saberes necesarios para una adecuada
formación integral, un bienestar tanto en el cuerpo como en el alma genera un
equilibrio en el hombre.
El hombre deberá de formar su propio saber a partir de su
propia experiencia, es decir que no solo esperará que venga un “instructor” a
facilitarle la vida y proveerlo de saberes, sino que será él mismo quien se
hará el camino para llegar al conocimiento pleno.
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